La globalización ha tenido un impacto significativo en la salud pública. Ha facilitado la rápida propagación de enfermedades infecciosas a nivel mundial, poniendo a todos los sistemas de salud en alerta. Sin embargo, también ha impulsado la cooperación internacional para combatir estas amenazas, y ha permitido compartir rápidamente información y soluciones médicas. Por otro lado, la globalización económica puede llevar a desigualdades en salud, ya que los países más pobres pueden tener dificultades para acceder a medicamentos y tecnología médica. En resumen, la globalización es una espada de doble filo en términos de salud pública.